3 de marzo de 2014

Seguridad en el Hogar: estufas y chimeneas.

Todos los inviernos se producen intoxicaciones por monóxido de carbono debido a la mala combustión de estufas y chimeneas. A veces, puede quedar en un simple susto, pero por desgracia es frecuente encontrarnos con algún episodio mortal. Para que estas noticias no se repitan, la población debe conocer cómo hacer un buen uso de estos elementos y cómo distinguir los primeros síntomas de una intoxicación.
Todos los inviernos los servicios de urgencias atienden intoxicaciones agudas por monóxido de carbono

El primer punto importante a analizar es el elemento emisor de estos humos. Estufas de leña, gas, queroseno, chimeneas...todas emiten humos que desprenden monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y otras partículas contaminantes que a la larga pueden ser perjudiciales para la salud. Un buen mantenimiento e inspección de estos elementos pueden evitar la aparición de las mismas. Estos gases son totalmente inodoros, por lo que una intoxicación no se puede predecir hasta la aparición de síntomas. A veces es necesario la colocación de elementos detectores de monóxido de carbono para prevenir las intoxicaciones.

En invierno la ventilación de las casas es menor, por lo que debemos asegurarnos que el lugar donde estén instaladas estufas y chimeneas disponen de respiraderos  adecuados, estos están libres al paso de aire y de manera periódica se debe hacer ventilación de la estancia aunque sea por periodos cortos de tiempo, para la renovación de aire.
Debemos de utilizar el combustible adecuado para cada estufa y no otro. 

En el caso de uso de madera, esta debe estar seca para evitar la formación de humos más contaminantes. No usar acelerantes como combustibles y/o aceites para encender el fuego, ya que se originan partículas tóxicas que pueden acumularse en pulmones y vías respiratorias altas. En el mercado actual se venden pastillas de encendido adecuadas y deben seguirse estrictamente las instrucciones de uso.

Antes de acostarnos es necesario apagar la fuente de calor y asegurarnos de que ello se ha realizado completamente y no se siga produciendo combustión sin llama.

Otra medida de precaución ante posibles incendios es mantener la fuente de calor lejos de puntos inflamables como telas, muebles, etc. Procurar que no estén tras puertas y en zonas de tránsito para evitar quemaduras. 

Los síntomas más comunes de una intoxicación por monóxido de carbono son : dolor de cabeza, mareos, nauseas y vómitos, confusión, debilidad, visión borrosa, convulsiones,   pérdida de conciencia. Ante la aparición de estos síntomas en nosotros mismos o terceras persona, se debe abrir la estancia al aire si es posible o trasladar al afectado a un lugar bien ventilado. En caso de que el afectado presente síntomas de confusión y obnubilación, no darle a beber ningún líquido. Siempre ante la sospecha de una intoxicación se debe acudir a un servicio de urgencias o avisar al 112 para saber que pautas seguir. 

Como siempre debemos recordar que la mejor actuación de primeros auxilios es la prevención del peligro y la eliminación de riesgos innecesarios. 

Foto: photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/villamon/4658046142/">Vvillamon</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/">cc</a>

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