29 de mayo de 2013

Cáncer de mama: Autoexploración


Detectar un cáncer de mama lo antes posible aumenta en gran medida las probabilidades de que el tratamiento tenga éxito. El tamaño y la extensión del cáncer de mama son los factores más importantes para establecer la expectativa de supervivencia una vez que se diagnostica esta enfermedad.
La autoexploración mamaria es una técnica basada en la propia observación y palpación que la mujer hace de sus mamas. Permite detectar la aparición de alguna alteración en los pechos y su tratamiento precoz. Es conveniente que la realicen todas las mujeres, desde jóvenes, para que esta práctica se vaya convirtiendo en un hábito durante toda la vida.
Mediante la revisión regular de las propias mamas, las mujeres podemos notar cualquier cambio que se presente. El mejor momento para hacerlo es una semana después de la menstruación, cuando las mamas no están sensibles ni inflamadas. Si las reglas no son regulares, la autoexploración se puede realizar el mismo día todos los meses. Tras la menopausia también se debe realizar mensualmente. La exploración de las mamas no debe ser interrumpida por la presencia de embarazo o lactancia. Poseer implantes en la mama tampoco es motivo para dejar de hacerlo.
Es preferible realizar la exploración en un ambiente tranquilo y relajado. Las primeras veces la mujer puede sentirse incómoda al no estar acostumbrada, pero con el tiempo se domina fácilmente la técnica y será cuestión de rutina.

TÉCNICA DE AUTO EXPLORACIÓN

PASO 1. Párate frente a un espejo con los hombros rectos y los brazos junto a la cadera y mírate las mamas. Observa si tus mamas presentan un tamaño, forma y color normales. También si la piel está lisa, sin arrugas ni asperezas, si el borde inferior es liso y regular y que no haya inflamaciones, rojeces ni deformaciones visibles. Observa los pezones viendo que no haya cambios de aspecto o posición o que estén invertidos
PASO 2. Levanta los brazos hasta ponerlos verticales y observa la misma simetría de las mamas y que no aparezcan signos como los mencionados en el punto anterior.

PASO 3. Une los brazos a la altura del cuello. Con los brazos en horizontal haz fuerza hacia fuera, porque así se tensan los músculos del tórax y puedes ver mejor la presencia de anomalías. Cuando estés frente al espejo con los brazos hacia abajo, fíjate si te sale líquido de uno o ambos pezones. Observa también la areola: manchas anormales, rugosidad distinta, no son simétricas, etc.
PASO 4. Luego, acuéstate boca arriba con una toalla o almohada debajo del hombro y con el brazo del mismo lado de la mama a inspeccionar, flexionado bajo la cabeza. Pálpate las mamas con las manos invertidas, es decir, la mama izquierda con la mano derecha y viceversa. Procura utilizar un tacto firme y pausado con las yemas de los dedos, manteniendo los dedos rectos y juntos. El movimiento debe ser circular, del tamaño de una moneda aproximadamente. Imagina que tu mama está dividida en cuadrantes y ve palpando uno por uno. Explora igualmente tus axilas.
Todas las mujeres deben hacer la autoexploración mamaria una vez al mes. Se debe consultar al médico ante la aparición de:
-  Asimetrías, diferencia de tamaño o consistencia entre mamas
-  Aparición de bultos en pecho o axila, cambios en bultos ya existentes, etc
-  Aparición de piel de naranja, arrugas o pliegues
-  Cambios en el pezón, presencia de líquido, inversiones del pezón, heridas o llagas


Foto:photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/betopadilha/6255528099/">beto padilha</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/">cc</a>

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